Por norma general los suelos vinílicos suelen estar hechos con baldosas de vinilo, una clase de baldosa de bajo coste que tiene un gran número de capacidades bastante notables entre las que destacan su fácil colocación, su gran variedad de modelos, su resistencia al uso continuado y también el coste tan asequible con el que cuentan.
Es muy importante sellar bien los suelos vinílicos
Esta clase de suelos vinílicos son tan fáciles de instalar que con un poco de intención, más que de conocimiento, se pueden colocar en muy poco tiempo, pudiendo dotar a cualquier estancia de la casa de un aspecto completamente renovado, con colores lisos, combinaciones de colores o incluso texturas de diferentes materiales.
De los suelos vinílicos hay que decir que en pocas ocasiones necesitan ser sellados aunque sí pueden aprovecharse de un nuevo sellado tras un largo paréntesis de tiempo. Por ejemplo, los suelos de linóleo deben ser pulidos de una manera ciertamente periódica mientras que los suelos de vinilo tienen mucha más duración y solamente necesitan ser sellados cuando el sellado se acaba gastando, lo que hace que la baldosa de suelos vinílicos corra peligro de secarse, volverse áspera o incluso llegar a rasgarse.
A los suelos de linóleo se les puede proporcionar un lustre que mejore su aspecto aunque básicamente éste solo protegerá al vinilo de la suciedad y de la posible grasa que se va acumulando sobre él. En cambio, en los suelos vinílicos a los que pueda echárseles sellador, la protección va más allá de que las partículas de suciedad puedan penetrar en el vinilo sino que también se consigue impedir que traspasen los líquidos.
Es muy importante sellar todos aquellos suelos vinílicos que se colocan por primera vez y gracias a este primer sellado, lo tendremos protegido durante bastantes años, sobre todo si se le proporciona un mantenimiento periódico acorde con las características y requerimientos del suelo en cuestión.
Sellar suelos vinílicos ya desgastados
Para volver a sellar los suelos vinílicos habría que esperar a que el revestimiento comenzase a desgastarse por partes, con los que aseguraría un nuevo plazo de tiempo para volver a tener el suelo en condiciones de aguantar de nuevo mucho más tiempo, algo ideal si los suelos vinílicos se encuentran en un lugar de mucho tráfico de personas.
De esta forma se consigue amortizar la inversión realizada por esta clase de suelos, la cual es muy baja desde el principio y, como se puede ver, se puede aprovechar durante muchos años, algo de lo que no pueden presumir muchas tras clases de suelos., tanto para particulares como para establecimientos públicos.
En estos momentos en los que nos encontramos, buscar soluciones con el mejor precio es una constante y mucho más si la calidad ofrecida es equiparable a la de los suelos vinílicos, razón por la que ha conseguido tener tanto éxito y seguir manteniéndose como una de las principales alternativas en cuanto a revestimiento de suelos.
Si buscas un revestimiento efectivo, duradero, con el que se pueda elegir entre muchos modelos diferentes, con un bajo mantenimiento y que tenga una gran durabilidad, los suelos vinílicos son la solución que necesitas.
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